Una mañana que nos recordó por qué es tan importante encontrarnos

La mañana empezó con una conversación muy directa con Jorge Elías, Director General de Enseñanza Concertada. No vino a hacer discurso; vino a hablar con nosotros. A escuchar, a compartir su visión y a poner sobre la mesa los desafíos reales que atraviesan los colegios en este momento. Fue un arranque honesto, claro y muy necesario para situarnos todos en el mismo punto de partida.

A partir de ahí, la mañana se fue construyendo con temas que están afectando de lleno a los centros. Antonio Monsalvo abrió una reflexión imprescindible sobre la tasa de basuras y el impacto que está teniendo en la gestión económica de los colegios. Patricia Navarro, de Nummera, ayudó a aterrizar qué implica realmente Verifactu y cómo prepararnos para un sistema que va a transformar la forma en que gestionamos la facturación. Y Carmen Sánchez, de Rapinformes, hizo algo fundamental: dar claridad en un terreno lleno de dudas, explicando con serenidad y precisión qué exigen hoy los planes de igualdad y los protocolos LGTBIQ+, y cómo convertirlos en parte natural de la vida del centro.

Después llegó ese cambio de mirada que abre horizontes. Alberto y Mario Herráez, de EtwinzEdu, nos invitaron a pensar en el uso ético, legal y seguro de la inteligencia artificial. No desde el miedo ni desde el entusiasmo ciego, sino desde la responsabilidad de quienes lideran comunidades educativas y necesitan garantizar decisiones sensatas en un terreno que evoluciona muy rápido.

Pero si algo marcó la jornada fue lo que pasó entre una intervención y otra: las preguntas valientes, las miradas de complicidad, las conversaciones improvisadas que resuelven dudas que no salen en ningún documento oficial. Todo eso que aparece cuando un grupo de directivos se junta y entiende que no está solo.

Porque Escuela Excelente no es un sitio donde se escuchan ponencias. Es un espacio donde nos encontramos, nos contamos lo que nos preocupa, compartimos estrategias, nos reímos cuando hace falta y nos recordamos que dirigir un centro es una tarea demasiado grande para hacerla en soledad.

Esta mañana en el Espacio Ágora no solo fue útil. Fue una pausa necesaria para seguir avanzando con más criterio, más claridad y, sobre todo, más acompañados. Aquí es donde la red cobra sentido. Aquí es donde nos cuidamos mientras seguimos construyendo escuelas mejores.